KAVERI SUBRAHMANYAM, PATRICIA GREENFIELD Y MINAS MICHIKYAN
LAS FUNCIONES COMUNICATIVAS DE LOS MEDIOS ELECTRÓNICOS son
muy populares entre los adolescentes. Son usuarios frecuentes de las
herramientas digitales de comunicación, como los mensajes de texto, las redes
sociales (por ejemplo, Facebook), Twitter, la mensajería instantánea y el
correo electrónico; además de otros sitios de Internet orientados a la
comunicación (Instagram, Pinterest, YouTube) y de los juegos en línea. Casi el
78 por ciento de los adolescentes estadounidenses tienen teléfonos móviles (el
47 por ciento de ellos tiene smartphones) y el 95 por ciento utiliza Internet
(Madden, Lenhart, Duggan, Cortesi, y Gasser, 2013).
Abundan las preguntas sobre cómo la comunicación en línea
afecta al desarrollo social de los adolescentes, en particular a la relación
con sus pares, así como al desarrollo de su identidad, una tarea central de la
evolución adolescente. En este artículo, primero, describimos cómo los
adolescentes están utilizando estos nuevos medios electrónicos para comunicar
y, después, presentamos un marco teórico para el análisis de esos usos.
Discutimos sobre los medios de comunicación electrónicos y las relaciones entre
iguales, y examinamos cómo los adolescentes están utilizando los medios
electrónicos para la construcción de su identidad.
LOS MEDIOS
ELECTRÓNICOS EN EL SERVICIO DE LA COMUNICACIÓN ADOLESCENTE

Las investigaciones demuestran que los adolescentes utilizan
herramientas digitales de comunicación principalmente para reforzar las
relaciones existentes fuera de la red (tanto las de amistad como las relaciones
románticas) y para revisar el potencial de nuevos participantes en sus vidas
fuera de línea (Lamp, Ellison y Steinfi eld, 2006; Reich, Subrahmanyam y
Espinoza, 2012). Pero, mientras que las herramientas de comunicación
electrónica permiten a los adolescentes nutrir las amistades existentes, estas
también se utilizan para el acoso entre iguales. Las redes se pueden emplear
para el bien (alivio de la ansiedad social) o para el mal (intimidación
cibernética y acoso electrónico) (Subrahmanyam y Šmahel, 2011).
Los adolescentes
están usando estas formas de comunicación para diferentes propósitos y para
interactuar con amigos, conocidos y desconocidos por igual. Los jóvenes usan
los teléfonos móviles y las redes sociales para mantenerse en contacto con los
compañeros de su vida diaria, tanto para hacer planes con amigos a quienes ven
a menudo como para mantenerse en contacto con amigos a quienes ven raramente
(Lenhart y Madden, 2007; Reich et al., 2012; Underwood, Rosen, More, Ehrenreich
y Gentsch, 2012). El uso de estas herramientas para mantenerse en contacto con
amigos marca una desviación con los comienzos de Internet, cuando el contacto
con desconocidos era más frecuente. Pero esta tendencia no es sorprendente,
dado que los jóvenes son más propensos a encontrar a sus amigos y familiares
conectándose a Internet, o con los teléfonos móviles de hoy en día, de lo que
eran durante los primeros días de la red (Subrahmanyam y Šmahel, 2011; Wolak,
Mitchell y Finkelhor, 2003).
Aunque los adolescentes utilizan cada vez más los mensajes
de texto privados y las redes sociales para ponerse en contacto con amigos y
familiares, también hacen uso de medios sociales como Twitter, Instagram y
Tumblr para compartir sus pensamientos y fotos con una mayor audiencia, la cual
ellos deciden que sea pública, parcialmente privada o privada (Madden, Lenhart,
Cortesi, Gasser, Duggan & Smith, 2013). También usan los tablones de
anuncios, Massive Multiplayer Online Games (MMOG), Massively Multiplayer Online
Role Playing Games (MMORPG) y las salas de chat para conseguir información,
buscar apoyo, jugar, participar en juegos de rol o simplemente para conversar
(Sherman y Greenfield, 2012; Subrahmanyam y Šmahel, 2011). Investigar cómo el
uso de la tecnología afecta a la comunicación en línea entre adolescentes
requiere tomar en cuenta tanto las actividades y el grado de privacidad y
anonimato que ofrece un contexto en línea como la probabilidad de comunicarse
con los amigos en contraste con los extraños en dicho contexto.
Es importante tener
en cuenta que las formas de comunicación electrónica difieren en la medida en
que su contenido es público o privado y que los usuarios tienen el control
completo sobre los perfiles (y el contenido dentro del mismo) para que sean
públicos o privados. Por ejemplo, Facebook ofrece a los usuarios una variedad
de opciones de privacidad para controlar la información de su perfil que otros
pueden ver (por ejemplo, amigos, otras personas en su red). Los usuarios pueden
bloquear a personas particulares para que no accedan a su perfil o pueden
permitir que determinadas personas vean un perfil limitado. Los usuarios de
Twitter pueden configurar su perfil privado o público. YouTube, un foro de
comunicación mucho más público, permite a los usuarios registrados subir
vídeos, y los usuarios no registrados pueden ver la mayoría de los vídeos, pero
solo los espectadores registrados pueden publicar comentarios y suscribirse a
fuentes de vídeo.
Estas medidas de
privacidad han dado a los usuarios adolescentes un fuerte control para decidir
quién ve su perfil, quién ve los contenidos que suben y quién interactúa con
ellos en estos foros en línea. La investigación también sugiere que la mayoría
de los jóvenes están utilizando estos controles y no revelan información
personal cuando se conectan a Internet (Hinduja y Patchin, 2008; Subrahmanyam,
García, Harsono, Li, y Lipana, 2009; Madden, Lenhart, Cortesi, Gasser, Duggan y
Smith, 2013). Por ejemplo, en un informe reciente del Pew Research Centre, el
60 por ciento de los adolescentes reportó que configuraba su perfil de Facebook
como privado –lo que significa que era accesible solo a sus amigos–. Sin
embargo, los controles de privacidad en las redes sociales también significan
que los adolescentes pueden restringir el acceso de sus padres a sus fotos, perfil
les y escritos. De hecho, en Facebook, incluso si los adolescentes permiten a
los padres acceder a sus perfiles, pueden limitar las áreas de su perfil que
pueden ver. El seguimiento y control del acceso de los jóvenes a estas formas
de comunicación es cada vez más difícil, y es importante que los padres se
informen acerca de estos medios para que puedan tener conversaciones significativas
sobre ellos con sus hijos.
Fuente:
Kaveri Subrahmanyam, Patricia Greenfield y Minas Michikyan. (Junio-Septiembre
2012). Comunicación electrónica y relaciones adolescentes. Infoamérica, Volúmen 10. Obtenido el día 22, septiembre, 2015,
desde http://www.infoamerica.org/icr/n09/IA9_Comunicacion.pdf